Ana Béjar
ESCULTORA de DIOSAS
SERIE NEOMITICAS
Neomíticas es una serie inspirada en las esculturas de las diosas del neolítico de la Vieja Europa, entre las que destacaban tres grupos que recibieron la herencia de las Grandes diosas del paleolítico.
GRAN DIOSA, DIOSA MADRE, DIOSA DE LA FERTILIDAD O SEÑORA DE LAS BESTIAS, que en el neolítico agrícola pasó a ser la DIOSA DE LA REGENERACION O DE LA LUNA. Es la diosa de la vida, de la muerte y del renacimiento y como la luna tiene dos caras. Destaca en ella su corpulencia, ideal femenino en la prehistoria, sobre todo en torso, nalgas, caderas y muslos y un poderoso pubis indicando que ella era el seno universal, fuente inagotable de vida y reina subterránea o regazo de los muertos que renacen en su interior.
El segundo grupo es el de las DIOSAS PAJARO-SERPIENTE, SEÑORAS DE LAS AGUAS PRIMORDIALES. Estaban presentes tanto en el cielo como en la tierra, gobernando la fuerza vivificante del agua. Sus líneas serpentiformes y ovoides repetidas en vientre, nalgas o muslos de las esculturas evocan la gran importancia que tuvo la serpiente en la prehistoria
En el tercer grupo destaca la DIOSA PREÑADA. En el comienzo de la agricultura la preñez de la mujer se asimilaba a la luna grávida y debió hacerse extensiva a la fertilidad de los campos. La simbología fundamental que aparece en su cuerpo, sobretodo en su vientre, es el losange o cuadrado único, seriado o partido en cuartos, en relación a las fases lunares y en cuyo centro hay un punto que representa la semilla. Tanto de pie como entronizada, la diosa personifica la germinación, brote, crecimiento y maduración de toda la naturaleza.
El cuarto grupo, NEOCELTICAS, es obra creada la mayor parte en 2017.
En la cultura celta, la representación de la Diosa, se heredera de la Gran Diosa o Diosa Madre de la Vida y de la Muerte, de la Diosa de las Aguas y de la Diosa Fecunda, las tres neolíticas.
La Veneración de la naturaleza y sobre todo de las aguas por los celtas fueron su seña de identidad . Cada río, poza, manantial o lago tenía su diosa tutelar y su poder mágico, curativo y regenerador.
En Neocélticas, la sugerencia de una forma humana, animal o vegetal, la ingenuidad y delicadeza de lineas curvas y arremolinadas se inspira como en el arte celta en la infinita y sutil transformación de la Naturaleza.
Estas diosas pervivieron en otras más conocidas como Atenea, Artemisa o Demeter, y también en la actual santa Ana, la madre de la madre, o en vírgenes locales tan singulares como la del Soterrano, del Mallo, la Liena, etc. Igualmente se intuyen en seres míticos aragoneses como las Gigantas Hilanderas de Riglos y el Salto de Roldan, en las hadas Lavanderas o en las llamadas Mulleres d’augua.
Con esta muestra reivindico el extraordinario poder de la energía sexual femenina que nos conecta con la Fuente y nos invita a celebrar que hemos nacido para el placer.
OBRA 2015
OBRA 2017
OBRA 2016